UNIFORMES DEL FUTURO
Un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en colaboración con el Ejército de los Estados Unidos, ha desarrollado fibras de oro que podrían ser tejidas en uniformes de combate. Estas fibras podrían suponer una gran revolución en los uniformes militares, ya que potencialmente permitirían a los soldados comunicarse entre sí a través de su ropa. El hallazgo fue citado recientemente por la revista científica Wired. A continuación el estudio del los uniformes del futuro.
El Estudio
Según John Joanopoulos, uno de los científicos del MIT que forman parte del equipo y director del ISN (Institute for Soldier Nanotechnologies) “estos nuevos tipos de fibras también son en sí mismas dispositivos”.
El origen de este avance se produjo hace unos años cuando el equipo del MIT dirigido por el profesor en ciencia de los materiales Fink Yoel, demostró que se podían fabricar fibras hechas con “múltiples materiales”, en lugar de las fibras de vidrio hechas con un único tipo de material que conforman los cables de fibra óptica. Eso condujo al equipo a pensar en la posibilidad de convertir las propias fibras en dispositivos funcionales.
De este modo, para construir una fibra que pueda detectar el calor, por ejemplo, se tendría que añadir a una fibra convencional un poco de material semiconductor, cuya conductividad cambia cuando varía el calor. De este modo, utilizando métodos similares a la fabricación de fibra óptica, el equipo del MIT empleó materiales (normalmente una combinación de aislantes, semiconductores y conductores)”, para fabricar este tipo de fibras de “múltiples materiales”.
Efectividad
Las fibras de oro desarrolladas por el equipo de John Joannopoulos todavía no pueden transmitir información, ya que actualmente son “demasiado gruesas para integrarlas en un uniforme de un modo efectivo. Los investigadores planean en los próximos años perfeccionar el concepto y el diseño de estas fibras. Para ello, el MIT se ha marcado un plazo de 10 años para optimizar su funcionamiento mientras se trabaja en reducir su tamaño a las 100 micras. También aseguran que tratarán de convertir estas fibras en dispositivos funcionales que puedan, por ejemplo, detectar los cambios de temperatura y ser empleados como una herramienta para transmitir datos.
Estas fibras/dispositivos son de gran interés para los ejércitos, ya que serían capaces de transmitir información y permitir reconocer a un soldado, y en caso de que haya sido víctima de un ataque, éstas podrían determinar dónde ha sufrido heridas y cuál es la gravedad de las mismas. Las fibras podrían realizar de un modo más sencillo una correcta identificación de soldados amigos en un campo de batalla confuso, lleno de humo, polvoriento y oscuro, con el empleo de un designador láser aplicado sobre el soldado. Si es amigo, las microfibras funcionales cosidas en el uniforme percibirían el láser y enviarían una señal de datos de vuelta.
Sensibles al calor, las fibras muestran un gran potencial para su empleo para la atención sanitaria en el campo de batalla: cambios del ritmo cardiaco o de la temperatura corporal pueden suponer cambios en un patrón de calor e indicar dónde y cuándo ha caído herido un soldado, y cuál es su estado de gravedad. Todas estas funciones son sin embargo meras ideas que podrían o no plasmarse a medio plazo en la indumentaria militar del ejército estadounidense.
Inconvenientes.
También, se han detectado una serie de inconvenientes. Para el correcto funcionamiento de las fibras/dispositivos, tanto emisor como receptor deben estar en la línea de visión. Es decir, cuando algo se interpone en el camino de una línea recta entre dos soldados con el uniforme, la transmisión de datos se ve comprometida. Se ha establecido en setenta y cinco metros la distancia más larga probada hasta ahora. Tampoco se conoce cómo va a funcionar exactamente la transmisión de datos.
Nadie piensa que van a reproducir las características de una radio o un teléfono actual, pero se cree que las fibras se pueden complementar perfectamente con estos dispositivos. Todo esto supone unos desafíos, que se espera que poco a poco vayan resolviéndose.
Hasta el momento, el equipo de MIT ha creado una prenda utilizando fibras ficticias para demostrar que fibras similares podrían tejerse en prendas sin necesidad de dañarlas. También está investigando la posibilidad de entremezclar fibras ópticas y materiales basados en microfluidos en el tejido de los uniformes, para reducir el peso del equipo que ahora mismo han de transportar los soldados y añadir funciones totalmente inéditas a unas prendas de vestir que en un principio simplemente deberían proteger y/o camuflar.